En lugar de la grabación eliminada, subieron a la misma página otro video, que difiere completamente del primero.
"Con la ayuda de Dios logramos proteger a un grupo de miembros de la ONU que trabajaban en la ciudad fronteriza de Jamla después de que fueran víctimas del bombardeo criminal por parte de las bandas de Assad", aseguraron los insurgentes, citados por 'The Washington Post'. "Pedimos a las Naciones Unidas que envíen un convoy de seguridad para que podamos entregarlos a la Organización", agregaron.
Asimismo, afirmaron no tener “nada que ver con ninguna de las declaraciones anteriores, hechas antes que esta”.
Además, se han difundido en Internet dos otros videos en los que aparecen los supuestos secuestrados diciendo que están a salvo y se encuentran bien, y que no pueden volver a casa porque las tropas gubernamentales no dejan de bombardear la zona.
Y para el analista internacional Carlos Martínez, este secuestro demuestra que los rebeldes sirios buscan que el conflicto se desborde de las fronteras del país. Parece que “estén buscando que tanto Jordania como Israel participen en el conflicto”, indicó el analista.
“Han cortado cabezas, han tirado a prisioneros de alturas para matarlos, han cometido torturas de diferentes tipos, están atacando a población civil, han fusilado a mucha gente para luego decir que ha sido por el Gobierno”, señaló el experto, añadiendo que “los rebeldes sirios están cometiendo una tras otra tropelía sabiendo y contando con el respaldo de la comunidad internacional”.
La ONU exigió el miércoles a los rebeldes sirios la liberación inmediata de los cascos azules retenidos. El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vitali Churkin, anunció a este respecto que “se están llevando a cabo negociaciones entre la Secretaría de la ONU y los secuestradores”, y expresó su esperanza de que “el personal sea liberado de manera inmediata, según lo demanda el Consejo de Seguridad”.