"Pensaba y todavía pienso que estos son algunos de los más importantes documentos de nuestra era", indicó Manning, puntualizando que es necesario que el público conozca cómo operan las Fuerzas Armadas estadounidenses en el exterior, según figura en una grabación difundida por la Fundación por la Libertad de Prensa (FPF).
Especialmente —cuenta Manning— le impactó el video conocido como ‘Collateral Damage’ (‘Daños colaterales’), que muestra el ataque aéreo contra civiles en Irak, incluidos periodistas, y que filtró a WikiLeaks, disparando la popularidad de este sitio de filtraciones y poniendo al Pentágono en alerta.
"Eran como niños torturando a hormigas con una lupa", recuerda Manning, que quedó impactado por "el desprecio a la vida" y "el aparente placer por la sangría" que mostraban los militares implicados en ese ataque, donde se disparó también a las personas que acudieron en ayuda de las víctimas.
Manning dice que su deseo era que el mundo conociera que EE.UU. "se había obsesionado con matar gente" en sus operaciones en Afganistán e Irak y opina que mucha de la información que manejaba y filtró no era especialmente "sensible" para la seguridad nacional estadounidense y que, pese a que tenía el sello de clasificada, "podía dejarse sobre la mesa".
Manning —acusado de entregar cientos de miles de despachos diplomáticos y registros de guerra a WikiLeaks mientras trabajaba de analista de inteligencia en Irak— lleva ya más de mil días en prisión. A finales de febrero se declaró culpable de 10 de los 22 cargos que presentaron en su contra, por lo que afrontaría 20 años de prisión y no pena de muerte. Manning insiste en que no es culpable de cooperar con el enemigo, el cargo más grave que pesa en su contra.