Antes de que comenzara la guerra, el entonces primer ministro británico, Tony Blair, aseguró en el Parlamento que, de acuerdo con datos de la inteligencia, el programa de armas nucleares, químicas y biológicas iraquí se encontraba operativo y en expansión.
Sin embargo, un reportaje documental emitido por la cadena británica BBC revela que las agencias de inteligencia británica y estadounidense sabían que Irak no contaba con un programa activo de armas de destrucción masiva.
El programa televisivo describe cómo Naji Sabri, ministro de Asuntos Exteriores de Saddam Hussein, informó al jefe de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) en París, Bill Murray, que en lo referente a armas de destrucción masiva "Irak no tenía prácticamente nada".
El reportaje confirma, asimismo, que tres meses antes de la guerra un agente del Servicio de Inteligencia Secreto británico (MI6) se reunió con el jefe de inteligencia de Saddam Hussein, Tahir Jalil Habbush Al-Tikriti, y afirmó que ese país no albergaba ese tipo de armamento. Ese encuentro se llevó a cabo en la capital jordana, Amman, tan solo días antes de que el Gobierno británico publicara su polémico expediente sobre las armas de Irak en 2002, un dossier que se empleó para justificar una guerra que acabó con la vida de cientos de miles de personas.
Lord Butler, un funcionario público que trabajó con varios primeros ministros británicos y que encabezó el comité parlamentario que investigó los informes secretos sobre Irak, señala que nunca se le notificaron los comentarios de Sabri y recalca que los ciudadanos británicos fueron realmente engañados.
Por otro lado, el servicio de inteligencia británico aseguró en aquella época que Irak estaba comprando uranio de Níger, pese a que dichas afirmaciones fueron descartadas por otras agencias de inteligencia.
Las fuerzas armadas de EE.UU. atacaron Irak en 2003 y derrocaron el régimen de Saddam Hussein con el pretexto de que poseía unas armas de destrucción masiva que jamás fueron halladas. En total, más de un millón de iraquíes murieron a causa de la invasión y de la ocupación estadounidense del país árabe. Abundante información confirma que durante ese periodo se ejecutaron numerosas torturas en las prisiones de aquel país.