Un agente del servicio secreto estaba manipulando la escopeta instalada en su vehículo durante el cortejo del ex presidente George W. Bush cuando el arma despidió su carga justo en el momento en que el mandatario iraní salía del hotel InterContinental de Nueva York.
Los iraníes se nos quedaron mirando y nosotros nos quedamos mirando a los iraníes. El agente empezó a disculparse. Ahmadineyad simplemente se dio la vuelta y entró al coche”
El libro 'Deep State. Inside the Government Secrecy Industry' ('Las profundidades del Estado. La industria de los secretos del Gobierno'), de Marc Ambinder y D.B. Grady, ha levantado la liebre acerca de este fallo de seguridad y por qué fue encubierto.
“Todo el mundo dejó de moverse inmediatamente”, dijo una fuente de inteligencia citada por los autores.
“Los iraníes se nos quedaron mirando y nosotros nos quedamos mirando a los iraníes. El agente empezó a disculparse. Ahmadineyad simplemente se dio la vuelta y entró al coche”, añadió.
Según el libro, varios funcionarios estadounidenses interpretaron el silencio del presidente iraní como una prueba de que Teherán se comportaba cautelosa y estratégicamente.
La administración de Bush en esa época debatía qué hacer con el programa nuclear de Teherán.
El disparo podría haber ocasionado un gran escándalo internacional.