La resolución encarga al actual relator especial para Corea del Norte, Marzuki Darusman, y dos expertos más, averiguar y documentar durante el periodo de un año todas las violaciones de las libertades fundamentales y de los derechos humanos de los norcoreanos.
Una tarea que no va a ser fácil, dado que las autoridades de Corea del Norte no colaboran con Darusman, como no lo han hecho con los que le precedieron en el cargo.
Entre todos los abusos recogidos en la resolución se destaca la vulneración del derecho a la alimentación, en particular las consecuencias de las políticas de distribución de alimentos controladas por el Estado.
Además se destaca el extenso uso de la tortura y otros malos tratos o penas crueles, inhumanas y degradantes, "y en particular las condiciones inhumanas de la privación de libertad".
Por su parte, el representante norcoreano acusó a la Unión Europea y a Japón, los cuales presentaron el texto de la resolución, de estar "manipulados por Estados Unidos", y argumentó que la resolución no es más que el resultado de una "confrontación política".
Este mes la organización internacional defensora de derechos humanos, Amnistía Internacional instó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU a investigar las “graves y sistemáticas violaciones, incluidos crímenes de lesa humanidad” en el país comunista.