El documento, denominado ´Plan Conjunto Contra Provocación´, fue firmado por el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Corea del Sur, el general Jung Seung-jo, y el jefe de las tropas estadounidenses en Corea del Sur, James D. Thurman, y entrando de inmediato en vigor.
"Al completar este plan, hemos mejorado nuestra postura conjunta de preparación para que nos permita responder de manera inmediata y decisiva a cualquier provocación de Corea del Norte", declaró el Comando de Fuerzas Conjuntas de los dos aliados en un comunicado. "El plan completado incluye los procedimientos de consulta y acción para permitir una repuesta conjunta fuerte y decisiva de la República de Corea y EE.UU. a las provocaciones y las amenazas de Corea del Norte."
El general Jung advirtió que ahora Washington y Seúl "están dispuestos a tomar represalias con severidad a las provocaciones de Corea del Norte".
Según el nuevo plan, los militares de Corea del Sur van a desempeñar un papel más activo en la toma de las contramedidas contra Pyongyang "en la primera etapa".
Si las amenazas de Corea del Norte aumentan, EE.UU. proporcionará refuerzos tanto desde de Corea del Sur como desde Japón y otros países de la región que están en el ámbito del Comando del Pacífico de EE.UU., según los oficiales militares surcoreanos.
La tensión en la península coreana, que se elevó tras la aprobación por el Consejo de Seguridad de la ONU de nuevas sanciones contra Corea del Norte, aumentó aún más después de que se conociera que Corea del Sur y EE.UU. utilizan bombarderos estratégicos B-52 y submarinos nucleares en las maniobras militares conjuntas que realizan en la región.
Pyongyang calificó este hecho de una "provocación imperdonable", y afirmó que se verá obligado a llevar a cabo un "contraataque militar fuerte” en el caso de que estos bombarderos estratégicos sobrevuelen la península de nuevo.
Corea del Norte sostiene que Washington y Seúl están ostentando su poderío militar en violación del armisticio que puso el fin a la Guerra de Corea de 1950-1953.
Por esta razón, así como por las nuevas sanciones de la ONU, el Gobierno norcoreano confirmó a principios de mes que ya no se siente obligado a cumplir la tregua.