Hijo de Fidel: "Hay fuerzas que potencian el pánico acerca de la energía nuclear"

La energía nuclear "nació como un pecado original". Sin embargo, una sociedad culta debe plantearse la tarea de alcanzar un balance entre distintas fuentes de la energía y desarrollarlas todas como un sustento de la civilización moderna.
Esa es una de las principales ideas que ha compartido con los espectadores el físico y prestigioso intelectual cubano Fidel Castro Díaz-Balart. El hijo primogénito del máximo líder de la revolución de 1959 desarrolla este tema en su entrevista a RT.

El ‘yin y yang’ de la energía atómica

Castro cree que es difícil separar en la opinión pública la idea de la energía nuclear aplicada con los fines de destrucción y la energía pacífica. “Desafortunadamente hay organizaciones que potencian el pánico, el peligro”, dice el físico cubano. “Sería una tarea casi perdida de antemano inducir a la gente que hay dos tipos de energía: una buena y una mala”.

“Yo pienso que la energía nuclear nació como un pecado original. Se dio a conocer como el 'holocausto' de Hiroshima y Nagasaki —adelanta—. Esa imagen de destrucción de una fuerza que no se puede ver, de la que no se puede huir, deja en la conciencia humana una huella indeleble”. Pero afortunadamente, agrega, no es el único evento que ocurrió en la física nuclear.

El científico propone “potenciar socialmente las decisiones buenas y excluir y eliminar las malas” respecto a este campo del saber humano, ya que se trata de un fenómeno similar al yin y yang en la filosofía antigua de China.

“Es importante que haya la máxima transparencia, que participe la sociedad, las diferentes fuerzas sociales, no solo los partidos políticos, sino distintas organizaciones que puedan evaluar y pronunciarse sobre si desean o no hacer uso de la energía nuclear”. Pero también existe un riesgo de quedarse sin desarrollo, recuerda.

De incognito en Moscú: De 'Fidelito' a 'José Raúl'

Su opción por la carrera científica se debe a que “la revolución en Cuba se manifestó desde una fecha muy temprana en el campo de la educación, de la potencialidad científica, la equidad en los temas que garantizaban la salud.” Ante todo, había que acabar con el analfabetismo y potenciar a las universidades.  

Por eso, relata Fidel Castro Díaz-Balart, viajó a aprender una de las asignaturas más prestigiosas de la época, la física nuclear, a la URSS. La propia revolución potenció el interés por la ciencia. 

En Moscú cursaba sus estudios de incógnito. Incluso, dice, su primer título de PhD lo obtuvo a nombre de ‘José Raúl’. Asimismo ha publicado más de 30 trabajos y hasta el día de hoy necesita acreditar que el titular o autor es él.

“El parecido físico no era tan notable. Era uno más. Pude convivir y desarrollar mi trabajo. De la inmensa mayoría de mis condiscípulos y de las autoridades muy pocos sabían mis vínculos de parentesco”, asegura ‘Fidelito’ (así le apodaban en casa). “Pero esto, visto en la distancia, fue una ventaja”, agrega.

Nueva generación de los líderes cubanos 

Díaz-Balart considera que el cambio de generaciones en la vida política en Cuba ya es una realidad. Hay mucha juventud a nivel de los municipios, de las provincias. “Así que cada vez más gente de la joven generación va participando en diferentes instituciones”, sintetiza el científico. 

En el escalón más alto de los políticos él destaca a la figura del primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel. “En el parlamento recién electo se eligió como vicepresidente a un hombre joven, con experiencia, preparación técnica, carismático”, señaló Díaz-Balart. Agregó que en su consideración está “bien recibido no solo por los jóvenes, sino por la población en general”. 

Eso es además la ley de la vida, afirma el primogénito de Fidel, repitiendo uno de los juicios claves de los recientes discursos de su tío, el actual presidente de Cuba, Raúl Castro.