El caso gira en torno a Ben Zygier, un hombre australiano-israelí conocido como ‘Prisionero X’ y presunto miembro de la agencia de espionaje israelí Mossad, que en 2010 se suicidó en una cárcel israelí en la que estaba detenido bajo un nombre falso.
Un artículo publicado en el semanario alemán ‘Der Spiegel’ señala que la razón por la que fue encarcelado fue la entrega de información sensible al grupo libanés Hezbolá, unos datos que condujeron a la detención de al menos dos espías israelíes.
Según la publicación, Zygier comenzó a trabajar para el Mossad en 2003 y se centró en la investigación de empresas europeas que hacían negocios con Irán y Siria. Sin embargo, su trabajo no cumplió con las expectativas del Mossad y fue descendido de categoría.
En 2007 trabajó en Israel y un año más tarde decidió regresar a Australia, su país natal, para terminar sus estudios. Fue entonces cuando, en un intento por recuperar la reputación perdida ante sus jefes, que en años anteriores habían criticado su trabajo, trató de reclutar a agentes para el Mossad.
Zygier se había reunido con miembros de Hezbolá para tratar de convertirlos en agentes dobles. Sin embargo, al intentar reclutarlos, terminó por revelar información altamente sensible, incluyendo los nombres de dos ciudadanos libaneses que fueron detenidos en mayo de 2009 acusados de espionaje en favor de Israel, indicó ‘Der Spiegel’.
Desde que el misterioso caso salió a la luz, el Gobierno de Israel ha mantenido en secreto las razones de su reclusión y posterior suicidio. De hecho, después de que se conociera la noticia del suicidio, los periodistas israelíes fueron convocados a una reunión de emergencia con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, que les pidió no mencionar esta historia tan "bochornosa para cierta agencia del Gobierno".