Según los datos sobre el tráfico aéreo, citados por The New York Times, el puente aéreo secreto de armas y equipos para los rebeldes contra el Gobierno del presidente Bashar al Assad fue organizado a principios de 2012 y continuó intermitentemente hasta el otoño pasado, tiempo en que se amplió hasta convertirse en flujo constante de material bélico a Siria.
Más de 160 aviones de transporte con cargas bélicas de Jordania, Arabia Saudita y Qatar aterrizaron mayoritariamente en el aeropuerto Esenboga, cerca de Ankara, y en otros aeropuertos de Turquía y Jordania.
A medida que se desarrollaba, el puente aéreo se correlacionaba con los cambios en la guerra en Siria, en particular los rebeldes pudieron desplazar al Ejército gubernamental de parte del territorio nacional a mediados del año pasado. Y mientras el Gobierno de Obama ha estado negando que hubiera entregado algo que no fuera "no letal" a los rebeldes, la participación de la CIA en los envíos de armas, aunque por excelencia consultativa (según las autoridades de EE.UU.), demuestra que los Estados Unidos más bien están dispuestos a ayudar a sus aliados árabes a echar leña 'letal' al fuego de la guerra civil siria.
Desde sus oficinas en lugares secretos, los oficiales de inteligencia estadounidenses han ayudado a los gobiernos árabes en busca de armas y su adquisición, incluyendo un gran lote de material bélico en Croacia, según oficiales estadounidenses que hablaron bajo anonimato con The New York Times. Por su parte, la CIA se niega a comentar los envíos de armas y su papel en ellos.
El Gobierno turco ha tenido control sobre gran parte del programa, incluso la instalación de transpondedores en los camiones que transportaban los productos militares a través de Turquía para vigilar los envíos a medida que avanzan por tierra hacia Siria, dijeron oficiales anónimos de EE.UU.
"Según una estimación conservadora de la carga útil de estos vuelos, llega a 3.500 toneladas de equipo militar", dijo Hugh Griffiths, del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), organismo que supervisa el tráfico de armas. "La intensidad y la frecuencia de estos vuelos apuntan a que se trata de una bien planificada y coordinada operación clandestina de logística militar" agregó.
Mientras Croacia y Jordania niegan cualquier participación en el tráfico de armas a los rebeldes sirios, funcionarios de Arabia Saudita y Turquía se niegan a hacer comentarios acerca del tema, algo que sí se está comentando incluso dentro de esos países.
"El uso del espacio aéreo turco en un momento tan crítico como es el conflicto en Siria, país con el que tenemos una frontera común, por aviones de países extranjeros que son conocidos por su papel central en el conflicto, define a Turquía como una parte en el conflicto", dijo Kart Attilla, diputado del Parlamento turco por uno de los partidos de la oposición, quien confirmó detalles de varios envíos sauditas.