En concreto los investigadores coincidieron en que fue ilegal la agresión con el virus Stuxnet, que afectó a varias instalaciones nucleares de la república islámica en 2007.
El verano pasado se filtró a los medios la información que estadounidenses e israelíes elaboraban el gusano informático Flame para espiar a los iraníes. Washington, por su parte, también denunciaba que había sufrido ataques virtuales, lo que lo llevó a reforzar su seguridad en este ámbito.
Según el manual de Tallin, documento que examina cómo se pueden aplicar las normas existentes de derecho internacional a la nueva ciberguerra, los ataques realizados por el régimen de Tel Aviv y Washington en contra de Teherán han sido actos de fuerza.
De acuerdo con Michael D. Schmitt, autor principal del manual y profesor de la Escuela de Guerra Naval en Newport (EE.UU.), el grupo de investigadores que redactó el documento concluyó que el uso del virus Stuxnet, que atacó las estructuras cibernéticas del país persa en 2009, fue un acto de fuerza.
El investigador de conspiraciones y bloguero José Luis Camacho se pregunta por qué EE.UU. lleva a cabo actividades que él mismo califica de terroristas.
"EE.UU. tiene un doble rasero. Por un lado aumenta su seguridad contra los ciberataques, se queja constantemente de ataques de diversas potencias extranjeras, pero por otro lado los propios EE.UU. son los que han hecho estos ciberataques, por ejemplo el llamado virus Flame o el Stuxnet, que atacó las centrifugadoras de uranio de Irán", señaló el investigador en declaraciones a RT.
"Schmitt ha reconocido que los ciberataques pueden ser considerados como, por ejemplo, ataques militares o ataques terroristas. ¿Quién está cometiendo terrorismo, tal vez los propios EE.UU.?", concluyó Camacho.