Anastasiadis dijo entender la indignación del pueblo, pero explicó que "no había soluciones fáciles" y que sólo tenían un objetivo: "la salvación del país". "Hubo horas dramáticas, estuvimos al borde del colapso, reconoció el mandatario chipriota, que anunció que el Banco Central de Chipre establecerá un control temporal sobre los flujos de capitales debido a la reapertura de los bancos prevista para este jueves.
"El Banco Central de Chipre, aplicando las leyes que ha votado el Parlamento, impondrá algunas restricciones a las transacciones", explicó Anastasiadis, que aclaró que se trata de una medida provisional que "progresivamente se irá levantando".
El presidente chipriota dijo que “el sentido de responsabilidad les ha llevado a alcanzar un acuerdo que garantiza la supervivencia de Chipre”, y aseguró que “se va a nombrar a una serie de investigadores" para depurar responsabilidades y encontrar a los causantes de la crisis. “A partir de mañana, arranca una nueva época para Chipre”, prometió.
No obstante, el economista y sociólogo Daniel Albarracín comenta a RT que “el rescate de Chipre tiene un diseño especialmente dañino para su economía a medio plazo”, ya que –sostiene- “salen perjudicados no solamente los depositantes, sino también los acreedores y accionistas de los grandes bancos”.
Este lunes los ministros de Finanzas de la eurozona aprobaron las condiciones acordadas para el rescate de Chipre, establecido en 10.000 millones de euros, cuyo primer tramo podrá recibir a principios de mayo.
La medida acordada contempla la creación de un 'banco bueno' y un 'banco malo', y establece que el Banco Popular de Chipre (o Laiki), la segunda entidad más grande del país, deje de operar. Los depósitos por debajo de 100.000 euros en Laiki serán transferidos al Banco de Chipre. Los depósitos superiores a 100.000 euros, que según la legislación de la UE no están asegurados, se congelarán y se utilizarán para pagar la deuda.