La principal opositora al contrato, la congresista demócrata Rosa DeLauro (Connecticut), a lo largo de su carrera política ha recibido las mayores donaciones para sus campañas de parte del grupo empresarial United Technologies, que a su vez es dueño de Sikorsky Aircraft Corporation, uno de los mayores fabricantes de helicópteros y aviones en EE.UU., según reveló una investigación del periódico ruso.
Además, otros gigantes de la industria de defensa estadounidense, como Raytheon, Northrop Grumman, Internacional Mantech, Boeing y Lockheed Martin, en los últimos años han hecho donaciones a las campañas de ocho de los otros nueve congresistas que firmaron la petición al Pentágono para impedir que se formalice el contrato.
El principal argumento de los legisladores para evitar cerrar el acuerdo con la empresa rusa Rosoboronexport sobre la compra de un nuevo lote de 20 helicópteros de transporte militar Mi-17V5 para las Fuerzas Armadas de EE.UU. en Afganistán se basa nuevamente en el hecho de que Rusia podría estar suministrando armas a las autoridades sirias.