Además, los abogados afirman que los funcionarios mantienen temperaturas bajas en las celdas para acabar con la huelga de hambre que llevan a cabo los presos.
El pasado 6 de febrero los presos de Guantánamo empezaron una huelga de hambre para protestar por las violaciones de los derechos humanos en el recinto, así como por la confiscación de los ejemplares del Corán y de otras pertenencias.
Principalmente es el Congreso el que ha frenado la situación. Ahora el presidente no es capaz de reducir el número de presos o cerrar el centro penitenciario"Finalmente, en el día 51 de huelga de hambre de los reos, la Casa Blanca rompió el silencio que ha mantenido estas siete semanas acerca de la cuestión. "Puedo decir que la Casa Blanca y el equipo del presidente está siguiendo de cerca la huelga de hambre en Guantánamo. La administración mantiene su compromiso de cerrar el centro de detención de Guantánamo", dijo a los medios el portavoz del presidente Obama, Joshua Earnest.
En sus declaraciones a RT, el ex secretario adjunto de asuntos públicos de EE.UU. Philip Crowley dijo que el Congreso siempre frena los intentos de acabar con la pesadilla de Guantánamo.
"Barack Obama firmó un decreto prometiendo cerrar la cárcel de Guantánamo, pero el Congreso le impidió cumplir su deseo. Después tuvo lugar un segundo intento a través del Departamento de Estado, el cual iba destinado a aquellos reclusos que ya no presentaban una amenaza o que habían sido llevados a la prisión por error. La iniciativa suponía que volvieran a sus países natales o a terceros países, lo que haría el desafío un poco menor. Desafortunadamente, los problemas de financiación obligaron al Departamento de Estado a cerrar la oficina asignada. Lo que significa que principalmente es el Congreso el que ha frenado la situación. Ahora el presidente no es capaz de reducir el número de presos o cerrar el centro penitenciario", subrayó Crowley.