La llamada advirtió que la detonación tendría lugar a las 20.30 GMT. Unas 1.500 personas, entre turistas y empleados del monumento, han sido desalojadas de la zona por la alerta. Los agentes de seguridad han acordonado la zona, donde se han desplegado policías con perros.
Tras una primera exploración, las autoridades policiales no localizaron ningún explosivo en la torre. No obstante, se ha decidido mantener cerrada la instalación hasta que se efectúe un registro más exhaustivo. La torre ha abierto de nuevo al público.
Este incidente no es la primera vez, cuando un falso aviso de bomba lleva a las fuerzas del orden a desalojar la Torre Eiffel, el monumento más visitado del mundo.