"A diferencia de H5N1, donde los pollos estaban muriendo a gran escala, con este virus no tenemos una bandera roja que señale inmediatamente una infección. Esto significa que los agricultores pueden no ser conscientes de que el virus está circulando en su granja. Las medidas de bioseguridad e higiene ayudarán a las personas a protegerse del virus que circula entre aves aparentemente sanas o entre otros animales", dijo Juan Lubroth, jefe veterinario de la FAO.
"Con un virus más difícil de detectar, buenas medidas de bioseguridad son aún más esenciales para reducir el riesgo de transmisión del virus a los seres humanos y los animales. Buena bioseguridad e higiene implementadas por los agricultores, ganaderos, transportistas, trabajadores del mercado y los consumidores representan la primera y más eficaz manera de proteger la cadena alimentaria", agregó Lubroth.
China por su parte ha puesto en marcha una investigación para desarrollar una vacuna contra la nueva cepa de gripe aviar, que ha afectado ya a 27 personas en el este de China, seis de las cuales han muerto.