La decisión de detener los trabajos de construcción de una de las minas de oro más grandes del mundo, con unas reservas probadas de 18 millones de onzas de oro y 676 millones de onzas de plata, responde a las protestas de varias comunidades indígenas a causa del daño que la obra causa al medio ambiente. Pascua Lama, operada por la transnacional minera de oro más importante del mundo, la canadiense Barrick Gold, se encuentra en plena cordillera de los Andes, a unos 4.500 metros sobre el nivel del mar, en una zona donde hay varios glaciares.
En los últimos dos meses el Servicio de Evaluación Ambiental chileno impuso dos multas a Barrick Gold por un total de 160 millones de pesos (336.000 dólares) por incumplimientos en su plan de monitoreo de glaciares y otras irregularidades. A la empresa se le imputan al menos dos delitos de contaminación de los recursos hídricos en la zona y destrucción de glaciares.
El cierre podría ser temporal, porque el gigante minero tiene derecho a apelar la sentencia judicial, explicó a RT Lucio Cuenca Berger, director del Observatorio de Conflictos Ambientales, la organización que encabeza la lucha contra el proyecto. Sin embargo, Cuenca destacó que esta acción judicial ha sido un avance muy importante, ya que ha creado un precedente y testimonia que las autoridades chilenas son conscientes de la gravedad de los riesgos medioambientales que causaría Pascua Lama si llegara a la etapa de explotación.
Cabe destacar que Barrick Gold ya anunció que, debido a la orden judicial, suspenderá las obras de construcción en el lado chileno, pero que las tareas proseguirán en Argentina, donde no ha habido ningún fallo al respecto. La excavación de la mina, que empezó en 2009, está ahora acercándose a su etapa final: se esperaba empezar a extraer oro en la segunda mitad de 2014. Según la cifra de la empresa operadora, hasta noviembre pasado había invertido 3.700 millones de dólares de los 8.500 millones que requiere el proyecto.