Grigori Perelman rechaza el Millennium Prize de un millón de dólares
El matemático ruso Grigori Perelman, posiblemente el más inteligente en todo el mundo, a quien recientemente el Instituto de Matemáticas Clay (Cambridge, Massachussets) le otorgó el premio de un millón de dólares, declaró que no quiere recibir este dinero.
Grigori Perelman, de 44 años de edad, reside en un departamento humilde en un barrio de las afueras de San Petersburgo, que comparte con su madre. Hace varios años que no trabaja, rara vez sale de la casa a comprar alimentos, no responde a las llamadas telefónicas. Incluso los admiradores de su 'don científico' disponen de pocas fotografías de su excéntrico ídolo. Por eso ya se empezó a crear un mito popular, según el cual el matemático genial simplemente no existe, igual que durante mucho tiempo los científicos consideraban inexistente, la resolución del famoso 'teorema de Poincaré'.
El genio nunca concede entrevistas a los medios de comunicación. Sin embargo, los periodistas del rotativo popular británico Daily Mail lograron preguntarle sobre el premio recién otorgado y oír desde la puerta cerrada, la voz del sabio diciendo: “Tengo todo lo que necesito”.
A su vez, la vecina de Perelman, una tal Vera Petrovna, contó a los reporteros, que una vez visitó el departamento del matemático, y notó solamente una silla, una mesa y una cama que, a su parecer, se quedaron de los antiguos propietarios, borrachos que les vendieron esta morada. Y que además, hay allí cucarachas por todos lados.
Sin embargo, como confesó hace unos años, no le interesa el dinero ni la gloria. “No quiero que me expongan a mí como a un animal en un zoo“, dijo. “No soy un héroe de matemáticas. Además, no soy tan exitoso como para que todos me miren con la boca abierta”.
Debido a esa discreción Perelmán no se presentó en 2006 en Madrid, donde le esperaban para condecorar con la prestigiosa Medalla Field’s (la Medalla Internacional para Descubrimientos Sobresalientes en Matemáticas) otorgada por la Unión Matemática Internacional.
Tal vez la discreción fue la causa de que éste nunca publicara sus estudios en revistas científicas. En 2003 Perelman, entonces un investigador del Instituto Steklov de Matemáticas en San Petersburgo, empezó a poner los materiales en la red, afirmando que alcanzó resolver la conjetura de Poincaré. Uno de los siete problemas cienificos, por la resolución de los cuales el Instituto de Matemáticas Clay (Cambridge, Massachussets) prometió un premio de un millón de dólares. El examen meticuloso confirmó que Perelman tenía razón.
Hace más de 100 años el famoso matemático francés Jules Henry Poincaré (1854-1912) establecíó que la esfera bidimensional es “simplemente conexa” y conjeturó, que la esfera tridimensional es también “simplemente conexa”. Fue uno de los problemas más importantes de la Topología Geométrica, esto si medimos su importancia por la cantidad de intentos fallidos realizados a lo largo de la historia para demostrarla, incluido el propio Poincaré, y por la enorme producción de artículos escritos sobre la cuestión. La demostración de ésta podría ayudar a comprender la forma del universo, o a catalogar todas las formas tridimensionales del mismo.
Después de 2003 Perelmán dejó de trabajar en el Instituto Steklov de Matemáticas, y sus amigos citados por Daily Mail contaron que él dejó las matemáticas por completo, afirmando que este es un objeto “demasiado doloroso” para una discusión.