"El acceso a la parte delantera del misil permitió obtener una visión crítica que no habíamos tenido antes", dijo un oficial especializado en no proliferación nuclear. "Vimos los restos y los pusimos junto con otros datos de inteligencia, llegando a la conclusión de que habían logrado obtener una ojiva".
Al lanzar el cohete Unha-3 (Vía Láctea), Corea del Norte aseguró que se trataba de una maniobra con fines pacíficos enmarcada en su programa de investigación científica espacial. Según la versión norcoreana, Unha-3 sacó a la órbita el satélite artificial Kvanmenson-3, lo que convirtió a Corea del Norte en la décima potencia espacial capaz de contar con su propio vehículo de lanzamiento de satélites, por delante de Corea del Sur.
El predecesor del Unha-3, el Unha-2, fue lanzado en 2009, pero sin éxito.
El 12 de diciembre de 2012, después de sacar al Kvanmenson-3 a la órbita, los restos del Unha-3 cayeron en el mar, de donde los sacaron los militares surcoreanos, lo que se puede ver en el video. Se supone que entregaron una pieza de la primera etapa a EE.UU.