Preso de Guantánamo: "No comeré hasta que recupere mi dignidad"

Uno de los más de 40 presos de Guantánamo que se encuentran en huelga de hambre para protestar por su detención permanente, critica a EE.UU. y sostiene que no comerá hasta que logre recuperar su dignidad.
"No comeré hasta que recupere mi dignidad", señala Samir Naji al Hasan Moqbel, citado en una información publicada por el diario ‘New York Times’. 

Moqbel, de 35 años, aseguró que ha perdido alrededor de una quinta parte de su peso corporal desde que comenzó la huelga el pasado 10 de febrero. Asimismo, informó que otros reclusos del polémico centro penitenciario han perdido hasta la mitad de su peso.

Desde el pasado mes de febrero decenas de detenidos se declararon en huelga de hambre para protestar por las violaciones de los derechos humanos en el recinto, así como por la confiscación de ejemplares del Corán y de otras pertenencias.

Moqbel, un ciudadano yemení, fue detenido por la Policía paquistaní tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Poco después fue trasladado a Guantánamo. Ya lleva preso sin cargos más de 11 años y teme que vaya a seguir allí hasta que muera.
Rechazar alimentarnos y arriesgarnos a morir es una elección que nosotros mismos hemos tomado. Espero que, gracias al dolor que estamos sufriendo, los ojos del mundo miren una vez más a Guantánamo antes de que sea demasiado tarde"

"La única razón por la que todavía estoy aquí es porque el presidente Barack Obama se niega a enviar a ningún detenido de nuevo a Yemen. Esto no tiene sentido. Soy un ser humano, no un pasaporte, y merezco ser tratado como tal", señaló el reo.

El Departamento de Defensa sostiene que Moqbel fue miembro de Al Qaeda y trabajó en una ocasión como guardaespaldas del grupo terrorista de Osama bin Laden. Sin embargo, el preso, que está siendo alimentado forzosamente por los médicos, niega estas afirmaciones. Según el recluso, se trasladó a Afganistán en el año 2000 con el fin de buscar trabajo en alguna fábrica. Un año más tarde, y en medio del inicio de una guerra que continúa más de una década después, se marchó del país.

"Después de la invasión estadounidense en 2001, huí como todos los demás a Pakistán. Los paquistaníes me detuvieron cuando pedí ver a alguien de la embajada yemení. Me enviaron a Kandahar y me metieron en el primer avión a Guantánamo ", recuerda. "Podría haber llegado a casa hace años. Nadie cree que pueda ser una amenaza, pero sigo aquí”, lamentó.

Moqbel insiste en que "todos los detenidos están sufriendo profundamente. Las personas se desmayan por el cansancio a diario. He vomitado sangre". "Rechazar alimentarnos y arriesgarnos a morir todos los días es una elección que nosotros mismos hemos tomado. Sólo espero que, gracias al dolor que estamos sufriendo, los ojos del mundo miren una vez más a Guantánamo antes de que sea demasiado tarde", concluyó.

Pese a las protestas de los presos, este lunes un juez federal de Washington rechazó una moción de emergencia de un prisionero de Guantánamo en huelga de hambre que afirma que le denegaron agua potable y lo sometieron a temperaturas "extremadamente frías".