Piratas, narcos y terroristas, las principales amenazas de EE.UU.

El Centro Nacional de Información de Estrategia (NSIC, por sus siglas en inglés) en Washington  identificó las principales amenazas para los Estados Unidos en los próximos decenios. Estas son "los grupos armados de países discapacitados, débiles, o fallidos", dicen los expertos.

En el  informe de 36 páginas enumeran en particular a los piratas somalíes, los narcotraficantes mexicanos y los terroristas islámicos. Es posible que "les pueden apoyar regímenes autoritarios como China, Irán y Rusia".

Los expertos dicen que podrían ser conflictos que no usen armas "estándar".

Basándose en un análisis del pronóstico del Departamento de Defensa de Estados Unidos, así como en los resultados de una encuesta hecha a 20 oficiales militares de inteligencia y diplomáticos de alto rango, los expertos sostienen que el Pentágono "no se adaptará rápidamente" a los nuevos riesgos.

Según ellos, para luchar con éxito contra estas amenazas, EE. UU. debe dejar de pensar como en el siglo pasado, cuando actuaba en los mismos estados, recomiendan los autores del informe, Richard Schultz de la Universidad Tufts, y Roy Godson, un antiguo profesor de la Universidad de Georgetown. Además de la formación de grupos militares de las fuerzas especiales, es necesario desarrollar alianzas estratégicas con otros estados. 

Para cambiar la mentalidad "del siglo 20", los militares deben tener algunas unidades especializadas entrenadas y dedicadas a la lucha contra "la guerra irregular", dijo Godson al resumir las conclusiones del informe. "Los funcionarios públicos y soldados no son creativos con estas habilidades excepcionales", dijo el informe. "Necesitamos muchos más".

También es necesario formar equipos de especialistas, quienes podrían asumir la restauración de los órganos de gobierno débiles, ganar la confianza del público. El informe aboga además por la creación de un cuerpo de profesionales militares y civiles que pueden crear coaliciones locales, regionales o nacionales.

Por último, el informe sugirió que EE. UU. tiene que mejorar su comunicación estratégica con los países extranjeros y que los altos funcionarios deben contribuir a la capturar información en los países fallidos.