El proyecto BIQ House, valorado en 3,4 millones de euros, fue diseñado y construido por el grupo austriaco de arquitectos SPLITTERWERK para la exposición IBA en Hamburgo.
Los dos secretos principales del edificio de 15 apartamentos son su fachada, biológicamente adaptable formada por algas vivas sumergidas en agua, y unas persianas multifuncionales que servirán de biorreactores.
Bajo los rayos solares las algas crecen y se reproducen. La biomasa traspasa los biorreactores dotados de fermentos que generan biogás, que se utiliza para la generación eléctrica.
Las persianas no solo protegerán a las algas del frío durante la noche, sino que de día crearán un efecto invernadero dentro de los recipientes, haciéndolas crecer más rápidamente.
BIQ House es uno los 16 proyectos presentados en la exposición y destinados a introducir tecnologías verdes y energéticamente eficientes en la arquitectura urbana.