La decisión, que podría permitir la reanudación de la extracción petrolera en las regiones controladas por la oposición, será discutida por los ministros europeos de Exteriores la próxima semana.
Se prevé que levanten también las restricciones a la venta de equipos a la industria petrolera siria y de inversiones extranjeras en el sector. Según informaron el pasado miércoles diplomáticos de la UE, los suministros se permitirán cuando representantes de la unión los autoricen tras una consulta previa con el Consejo Nacional de la oposición siria.
El analista político Basem Tajeldine opina que con esta medida los Gobiernos europeos buscan justificar el suministro de armas a los rebeldes, que son en un gran número mercenarios de Al Qaeda.
“Con esta política la UE estaría de cierta forma contribuyendo a ahogar más la economía siria y también estarían utilizando ese crudo para justificar los pagos y la entrega de equipamiento militar a los rebeldes”, indica Tajeldine.
La UE impuso un embargo a las compras de petróleo sirio por parte de empresas europeas en 2011 en respuesta al levantamiento del movimiento insurgente contra Bashar al Assad. Asimismo, en septiembre del mismo año, Europa prohibió las inversiones en el sector petrolero sirio.
En noviembre pasado, los rebeldes tomaron el control de Al-Ward, el campo petrolero más importante del país, y en diciembre, el Ejército Sirio Libre tomó el control del campo de Al-Tanak, en la provincia de Deir Ezzor, que tiene las mayores reservas de hidrocarburos de Siria.
A mediados de marzo de 2011, antes de la escalada de la violencia en el país, la producción de crudo en Siria alcanzaba los 420.000 barriles diarios. Según los últimos datos de los que dispone el Gobierno de EE.UU., en el pasado octubre esta producción se había reducido hasta los 153.000 barriles diarios.