El atentado perpetrado en el barrio de Amriyah, de mayoría suní, se produce solo unos días antes de las primeras elecciones en Irak desde que las Fuerzas Armadas de EE.UU. abandonaran el país.
De momento nadie se ha responsabilizado del ataque, aunque se sabe que los grupos relacionados con Al Qaeda han aumentado el número de atentados suicidas desde el comienzo del año, intensificando la confrontación entre las comunidades chiíes y suníes en Irak.
En la actualidad, Irak vive un deterioro de la seguridad reflejado en los numerosos atentados. El pasado 15 de abril murieron 22 personas en una serie de ataques terroristas.