A pesar de lo que hayan aprendido en la escuela secundaria, en realidad hay cuatro estados de la materia: sólido, líquido, gaseoso y plasma. Los plasmas son similares a los gases, en que no tienen una forma o un volumen definido, pero también difieren significativamente de ellos, por ser eléctricamente conductores y producir un campo magnético. Algunos ejemplos comunes de plasma son un rayo, neón y fluorescentes de iluminación, el Sol, y seguramente los televisores de plasma.
Producir plasmas en el vacío y controlarlos mediante masivos electroimanes es, por lo general, muy fácil, hecho que demuestra la fabricación en masa de los televisores de plasma, lámparas fluorescentes, etc. Todo lo contrario es la fusión nuclear controlada, que implica la creación de plasma de deuterio y tritio de alta energía, que requiere electroimanes inmensamente potentes para crear y/o controlar el plasma.
Sin embargo, el grupo de investigadores de la Universidad de Missouri liderados por Randy Curry han desarrollado un método de creación de plasma que produce su propio campo magnético, que a su vez actúa como un campo de contención mientras viaja a través del aire abierto.
El dispositivo de Curry lanza un anillo de plasma hasta dos metros. El plasma no emite radiación, y es completamente seguro para los seres humanos que estén en la misma habitación con él, aunque el plasma alcanza una temperatura más caliente que la superficie del sol.
El anillo de plasma, que se puede ver en el vídeo de arriba, sobrevive durante unos pocos milisegundos a medida que viaja a través de dos metros al aire libre. Según Randy Curry, el sistema podría ampliarse hasta generar mayor potencia y crear plasmas más fuertes que realicen mayor “recorrido” en el aire.
La Universidad de Missouri afirma que esta técnica podría "revolucionar la generación y almacenamiento de energía", pero en realidad no dice cómo. Es de suponer que se trate de una “militarización” de la tecnología. Bastaría con imaginar cómo un cañón de plasma que corte cualquier material o un escudo de plasma que pueda incinerar inmediatamente a municiones y misiles entrantes para hacerse una idea.
Cabe recordar en este contexto que inicialmente la financiación principal del proyecto corre a cargo de la Oficina de Investigación Naval, es decir, la misma oficina de la Marina de EE.UU. que había financiado el desarrollo del cañón electromagnético.