La encuesta también revela que sólo el 46% de los estadounidenses aprueba la gestión de Obama de la economía, mientras que el 52% la desaprueba, siguiendo así una tendencia negativa que se inició el pasado mes de septiembre. En noviembre, mes en el que se produjo la reelección de Obama, el 49% de los electores la aprobaba y el 48% estaba en desacuerdo.
El pesimismo público registrado en la encuesta coincide con varios informes económicos recientes que muestran la desaceleración en la contratación de trabajadores, en el gasto del consumo minorista, en la actividad manufacturera y en el crecimiento económico. El Recorte automático del gasto público, que está empezando a causar efectos negativos, también puede estar contribuyendo a la debilidad actual y al aumento de la desconfianza por parte de los compradores y los empleadores.
En general, el 25% de los encuestados describen la economía del país como buena, mientras que el 59% la considera pobre, como ya ocurría en los resultados de la encuesta de AP-GfK del pasado mes de enero.
En la nueva encuesta, sólo un porcentaje ínfimo reconoce una gran mejora en la economía en el último mes. El 21% dice que las cosas han mejorado, mientras que el 17% dice que han empeorado y el 60% cree que la economía "continúa igual". Además, alrededor de 4 de cada 10 ciudadanos norteamericanos piensan que la tasa de desempleo de la nación va subir en el próximo año.
La opinión pública sobre su propio futuro financiero está en su peor momento en los últimos tres años. Sólo el 26% piensa que su situación económica mejorará en los próximos tiempos, el 50% cree que se mantendrá igual y el 22% teme que irá a peor.
La aprobación de la labor general de Obama en la encuesta está en su punto más bajo desde su reelección, el 50%, con un 47% de desaprobación.