Los supremos jerarcas de la Iglesia Católica, incluido el Papa Benedicto XVI, encubrieron durante muchos años la pederastia de sacerdotes y otros eclesiásticos. Los documentos que lo prueban fueron descubriertos por periodistas del “The New York Times”.
Los documentos revelados se relacionan con el caso del sacerdote norteamericano Lawrence C. Murphy, que trabajó durante más de 20 años, entre 1950 y 1974, en una escuela para niños sordos del estado de Wisconsin. Durante este tiempo, Murphy abusó sexualmente de unos 200 menores, pero no recibió ningún castigo y murió en 1998 en plena libertad, pese a las declaraciones y demandas de sus víctimas.
La correspondencia interna de obispos en Wisconsin muestra que mientras los responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, la prioridad mayor fue proteger a la Iglesia del escándalo para no perder su autoridad entre los fieles.
Estos casos de sacerdotes acusados de algún delito los estudia la Congregación para la Doctrina de la Fe, que fue encabezada de 1981 al 2005 por el cardenal Joseph Ratzinger, que a la postre se convertiría en el Papa Benedicto XVI. Entre las cartas descubiertas hay unas del arzobispo de Milwaukee, Rembert G. Weakland, que en 1996 informó del casoMurphy a Ratzinger.
Tras el edicto del Vaticano, los obispos de Wisconsin iniciaron un juicio canónigo secreto para expulsar a Murphy del sacerdocio sin revelar sus delitos a las autoridades civiles. Sin embargo, el actual secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarsicio Bertone, detuvo el proceso después de que Murphy escribió una carta a Ratzinger pidiéndo que le dejara “vivir el tiempo que me queda en la dignidad de mi sacerdocio”.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, reconoció que era un caso “trágico”, pero explicó que la Santa Sede no fue informada sobre este asunto hasta 1996, años después de que las autoridades eclesiásticas locales cerraran el caso.
Desde el inicio de este año, surgieron escándalos relacionados con los sacerdotes católicos. En Chile, el religioso español José Ángel Arregui Eraña, de 53 años, fue condenado a 817 días de prisión por almacenar pornografía infantil. Arregui reconoció que guardaba más de 400 horas de videos de contenido pederasta.
Antes, un gran escándalo de pederastia afectó al clero de la Iglesia Católica en Irlanda, a las víctimas les pidió perdón el Sumo Pontífice mismo. Además, se dio a conocer que el hermano del Papa, el sacerdote y dirigente del famoso coro de Alemania, Georg Ratzinger, habia pegado a los niños de su coro, respecto al cual también hay acusaciones de abuso sexual.