Prostitutas francesas, orgullosas e independientes
Decenas de trabajadoras sexuales francesas se proclamaron orgullosas de su oficio frente al Senado de Francia, en donde protestaron contra un proyecto de ley para legalizar los burdeles.
Argumentaron que esa ley les negaría la libertad de trabajar por su cuenta. La iniciativa de un legislador del partido del gobierno propone volver a abrir burdeles, que fueron cerrados oficialmente hace seis décadas, a fin de ayudar a las sacerdotisas callejeras y dotarlas de asistencia médica, financiera y protección legal.
Las manifestantes dicen que la ley limita sus derechos para tomar sus propias decisiones y exigieron la derogación de una ley aprobada en el 2003 que prohíbe la solicitud del servicio sexual.
"Somos trabajadoras y queremos tener derecho a elegir ", dijo Thierry Schaffauser, de 27 años, trabajadora del sexo de París que ahora vive en Londres. "Los médicos pueden trabajar en una empresa o pueden ser independientes. Creo que es muy importante que la gente pueda elegir cómo quieren trabajar".
Decenas de ellas participaron en una conferencia sobre la prostitución, que duró un día entero en el Senado. El foro fue organizado por un legislador opuesto a la propuesta de ley. El diputado Chantal Brunel, quien propuso la ley, no estaba presente.
Después de la conferencia, hombres y mujeres marcharon por París, muchos de ellos ataviados de acuerdo a su profesión. Algunos manifestantes portaban carteles "Duermes con nosotros, pero votas en contra de nosotros".
"No, no hay nada de qué avergonzarse", dijo Lola Bruna, una trabajadora sexual de 19 años en París. Los demás coincidieron en que la prostitución "es la profesión más antigua del mundo y no pueden negarlo por ninguna razón."
Los burdeles fueron prohibidos legalmente en Francia en 1946. La ley del 2003 endureció las restricciones contra la prostitución, castigando la solicitud del servicio con dos meses de prisión y 5.000 dólares de multa.
Foto: AFP / Bertrand Guay, Olivier Laban-Mattei, Greg Wood