"Llegué a Bogotá a finales de 2004 y después de que terminaran mis recursos, debí permanecer en la calle, pedir limosna... sin zapatos, sin ropa…llegando a dormir debajo de un puente. Digamos que toda esta experiencia lo que me lleva es hacer una reflexión en torno a lo que yo puedo hacer por los demás. La Fundación Nuevos Horizontes ofrece lo que no encontré cuando llegué a Bogotá", dice.
A pesar de los numerosos programas que ofrece el Gobierno, algunas personas se hunden en la desesperación al darse cuenta que por muy buenas intenciones que tengan estos planes, no logran ayudar a los que lo necesitan.
Ana Cecilia es una de las mujeres que de momento vive en la Fundación Nuevos Horizontes. Como ella reconoce, esta entidad llegó a ser su segunda familia después de que la guerrilla matara a todos sus seres queridos.
"Gracias a Dios encontré esta fundación que me dio una familia que nunca he tenido. Una cosa es que yo les cuento y otra cosa es lo que vivimos porque el Gobierno nunca se mete en los zapatos de nosotros. Estamos totalmente abandonados. Hemos sufrido mucho", cuenta Ana.
Las estadísticas demuestran que el número de desplazados por el conflicto armado son ya varios millones. En este contexto, organizaciones como esta parecen ser tan solo una gota en el mar, pero gracias a ellas, la sociedad cobra mayor conciencia solidaria y cada vez son más los que ayudan a superar esta pesadilla.
En esta misma línea algunos representantes oficiales coinciden en que el proceso de reinserción de los desplazados depende no solo de los distintos programas sino también de la sensibilización colectiva.
"La paz se construye con el perdón y la reconciliación. Toda la sociedad en general: empresarios, sociedad civil, Gobierno, tenemos un poco la responsabilidad de superar, perdonar, reivindicar de alguna manera, reparar en este proceso de reintegración los daños causados”, asegura Víctor Hugo Malagón Basto, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia.
“Hay dos mensajes muy importantes”, agrega Malagón. “Por un lado es el mensaje de reconciliación. El segundo mensaje es: la empleabilidad no es el único mecanismo, hay otros mecanismos de valor compartido, de emprendimientos de valor extraordinario, que nos permiten que las poblaciones como esta puedan vivir rodeados de una sociedad, en una vida civil y tranquila”.
Una de las medidas adoptadas en el marco de la asistencia a los desterrados y promovidas por el Gobierno de Juan Manuel Santos permitió indemnizar en 2012 a más de 150.000 personas que fueron víctimas del conflicto armado. El ejecutivo planea que el mismo número de ciudadanos resulte beneficiado por esta iniciativa en 2013.
Para muchos esta ayuda se parece más a un sueño y creen que lo que verdaderamente podría mitigar la amargura de los desplazados es la percepción solidaria de la sociedad.
Se reanudan los diálogos en la Habana
Mientras tanto, el delegado del Gobierno colombiano, Humberto de la Calle, aseguró este martes desde Cuba que espera que en esta nueva ronda de diálogo se llegue a un acuerdo definitivo sobre la cuestión agraria. También aseguró que no pretenden lograr la paz "a la brava".
"Queremos resultados. Es la instrucción que hemos recibido del presidente Juan Manuel Santos”, declaró De la Calle luego de su llegada a La Habana para la nueva ronda de diálogos con la guerrilla.