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La violencia estalló cuando las fuerzas de seguridad atacaron a un grupo de manifestantes que protestaba contra el Gobierno chií en Hawija, cerca de la ciudad iraquí de Kirkuk.
La zona de Hawija ha sido el escenario de protestas de la población suní contra el Gobierno desde hace más de cuatro meses.
Durante la protesta en Hawija se produjo la detonación de dos bombas cerca de una mezquita en el sur de Bagdad. La explosión se cobró la vida de al menos cuatro personas y decenas resultaron heridas, según una fuente en el Ministerio del Interior. El ataque se produjo cuando musulmanes suníes salían de la mezquita después de la oración de la mañana.
Desde el pasado diciembre miles de musulmanes suníes no cesan de manifestarse contra el Gobierno exigiendo el fin del acoso de las autoridades chiíes. En particular, la oposición está contra las políticas del actual primer ministro, Nouri al Maliki, a quien acusa de discriminación de la comunidad suní y persecución de sus líderes políticos.