Según el alto cargo, este atentado evidencia que "las heridas del 11-S están lejos de ser curadas", y se pregunta cuántos inocentes tendrán que morir para que EE.UU. despierte de su "fantasía geopolítica de dominación global".
Falk también culpó a Israel de los disturbios que él cree que inspiraron a dos hermanos de origen checheno para detonar bombas en el Maratón que costaron la vida a tres personas inocentes e hirieron a más de 260, y después matar a un oficial de policía.
El proyecto de EE.UU. de dominación global está obligado a generar todo tipo de resistencia en el mundo post-colonial".
"Los tambores de guerra están batiendo en este momento respecto a Corea del Norte y a Irán, y siempre que Tel Aviv obedece a la clase política estadounidense los que quieren la paz y la justicia en el mundo no deben estar tranquilos", escribió.
Los comentarios generaron una fuerte reprimenda de Hillel Neuer, director ejecutivo del organismo UN Watch, que expresó su indignación en una carta remitida al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la embajadora Susan Rice, jefe del organismo de control con sede en Ginebra.
"Las observaciones odiosas y absurdas de Falk deshonran a las víctimas de la semana pasada y desacreditan la causa de los derechos humanos y de los principios fundadores de las Naciones Unidas", reza la carta de Neuer.