“La raíz del terrorismo no es una nacionalidad o una fe, es el extremismo. Para combatirlo se necesitan esfuerzos a nivel internacional”, declaró el mandatario. Este 25 de abril Putin ha mantenido una línea directa con los ciudadanos, cuyas preguntas responde ‘cara a cara’. En sus comentarios el presidente subrayó que la opinión pública estadounidense estos días contra Rusia, por la relación de los hermanos Tsarnáyev con el país, ha provocado una absurda ola de ira, ya que Rusia es una de las primeras víctimas del terrorismo.
“A mí siempre me indignaba que nuestros socios occidentales o los medios de comunicación occidentales llamaran a los terroristas que habían cometido crímenes cruentos en el territorio de nuestro país 'rebeldes' y casi nunca 'terroristas'. Siempre les prestaron apoyo —informativo, financiero, político— tanto directo como indirecto. Mientras que nosotros decíamos que en vez de hacer declaraciones, hacía falta tomar medidas comunes. Ahora estos dos criminales probaron que teníamos razón”, dijo Putin, quien puntualizó que Moscú siempre ha pedido una amplia cooperación en la lucha contra el terrorismo a nivel internacional e insistió en que es la hora de dar pasos concretos.
En un análisis más profundo de las relaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin, el presidente ruso puntualizó que ciertas tensiones no son una tendencia reciente, sino que surgieron hace mucho tiempo, cuando tuvieron lugar los acontecimientos de Irak. Putin acentuó que desde el principio Rusia mantuvo que la postura de EE.UU. fue un error y comunicó que no iba a apoyarla, igual que varios países europeos. A pesar de tratarse de un diálogo abierto, creció una cierta tensión, detalló el mandatario.
“Luego, sucedió lo de Libia y otros problemas en otras partes del mundo. Estamos observando un caos por todos lados. No consideramos que la postura de nuestros socios sea del todo correcta, ¿por qué debemos apoyarla?”, insistió Putiю. Precisó que en ningún momento Moscú fue un iniciador de las ‘enemistades’ hacia Washington y añadió que la llamada Lista Magnistki ha sido un paso claramente antirruso, cuya respuesta rusa ha sido la Lista de Guantánamo.
Al mismo tiempo, el presidente detalló que Rusia está dispuesta a trabajar para mejorar las relaciones tanto con EE.UU. como con los países europeos. Comentó, además, que la Unión Europea sigue siendo uno de los socios comerciales principales de Rusia, a pesar de todas las divergencias que hay tanto políticas como humanitarias.
Putin también opinó sobre uno de los casos más resonantes de los últimos meses, la muerte del magnate ruso fugitivo Borís Berezovski. Aunque se abstuvo de comentar las diferentes versiones sobre su muerte, confirmó que había recibido dos cartas del multimillonario, una de ellas tras su defunción, en las cuales Berezovski pedía perdón por sus “errores” y solicitaba autorización para volver a vivir en Rusia. El presidente confesó que le no contestó porque antes de dar una respuesta se necesitaba un análisis jurídico. Cabe recordar que la justicia rusa había imputado a Berezovski y a sus socios el secuestro de decenas de millones de dólares. El cuerpo del magnate fue encontrado el pasado 23 de marzo en su residencia en las afueras de Londres.