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Rusia acusa a EE. UU. de complacer a los narcoproductores afganos

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Rusia acusa a los militares estadounidenses de complacer a los productores de drogas de Afganistán. El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso calificó como un "hecho indignante" la decisión del comando de EE. UU. que se negó a liquidar los sembrados de amapola de opio que habían sido encon

Rusia acusa a los militares estadounidenses de complacer a los productores de drogas de Afganistán.

El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso calificó como un "hecho indignante" la decisión del comando de EE. UU. que se negó a liquidar los sembrados de amapola de opio que habían sido encontrados en su zona de control durante la operación militar en la región de Marjal. Los militares norteamericanos lo explicaron diciendo que no querían quitar los medios de "los sencillos campesinos afganos".

La política estadounidense evidencia "la tolerancia a los narcoproductores", comentaron los diplomáticos rusos. "Su posición desestima que miles de personas, incluso en Afganistán donde el número de drogadictos ya ha llegado a un millón, morirán por la heroína hecha de este opio".

Salvar a los campesinos afganos

Hay que recordar que hace unos días Rusia presentó sus nuevas iniciativas para intensificar la lucha contra la amenaza de las drogas de Afganistán. Durante la sesión ampliada del Consejo Rusia-OTAN dedicada a la liquidación del narcotráfico afgano que se celebró hace unos días en Bruselas, el jefe del Servicio Federal Antidrogas de Rusia, Víctor Ivanov, propuso a la OTAN crear una "coalición antidroga" e instó a los representantes de la organización elevaran el problema afgano a nivel de amenaza mundial. Además, insistió en que es necesario obligar a la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad a destruir las plantaciones de opio en Afganistán durante sus intervenciones.

Sin embargo, las propuestas rusas fueron rechazadas. El representante oficial de la coalición, James Appathurai, explicó esta negativa por la amenaza de la unión de campesinos locales con los talibanes. "No se puede quitar la única fuente de ingresos, no dando a la gente otra alternativa", dijo. Según Appathurai, la OTAN está preparada para exterminar sólo el opio predestinado a financiar la actividad del grupo Talibán, lo que se valora entre 70.000 hasta 150.000 millones de dólares del año. En cuanto a lo demás, se carga al Gobierno afgano.

Por su parte, los diplomáticos rusos indican que la argumentación de los aliados no es persuasiva. "Al exterminar los sembrados de coca en Colombia, EE. UU. no dice que esto puede instigar a los campesinos colombianos a incorporarse al cártel de Medellín", dijo el embajador ruso para la OTAN, Dmitri Rogozin.

Un trato ventajoso

Como se ha conocido posteriormente, la dirección de EE. UU. decidió hacer la guerra contra las drogas afganas según su punto de vista. Asimismo, el Pentágono anunció el nuevo programa para los campesinos que cultivan opio en Afganistán. Según su estrategia, los militares norteamericanos van a pagar a los dueños de las plantaciones de drogas para que quemen sus sembrados. Los expertos indican que EE. UU. es tan leal a los productores afganos por sus propios intereses.

De acuerdo con algunos analistas, EE. UU. no sólo está interesado en el incremento de la producción de las drogas, sino que es uno de los "motores" más importantes de este proceso.

Las cifras sólo confirman estas palabras. Desde el momento en que entraron los contingentes militares de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán en 2001 y comenzó la operación Libertad Duradera, las cosechas de opio han crecido 40 veces, según la ONU. Actualmente las plantaciones afganas de amapolas de opio producen más heroína que la que se producía hace 10 años en todo el mundo.

El 'boom' del opio en Afganistán es resultado del acuerdo secreto concluido entre la Administración del presidente anterior de Estados Unidos, George Bush, y la dirección local, según declaró el diputado del Parlamento Europeo Pino Arlacchi en una entrevista, publicada por el periódico español La Vanguardia. El funcionario insiste en que los militares afganos recibieron permiso para hacer negocio con las drogas a cambio de ayuda en la lucha contra el "presupuesto terrorismo".

Estadística mortal

Afganistán es el mayor productor del mundo de materia prima para la heroína. Se estima que un 90% del cultivo de las amapolas de opio en el mundo se realiza en este país.

En total, la narcomafia recibe de la venta de heroína 65.000 millones de dólares al año. Anualmente Afganistán produce 820 toneladas de esta droga y sólo la tercera parte de esta cantidad se exporta a otros estados. Esto permite a los narcotraficantes afganos crear las "reservas para las próximas generaciones" que ya suponen unas 12.000 toneladas de opio.

Debido a la masiva producción de droga, que casi se ha convertido en el principal sector de la economía del país islámico, la adicción a las drogas resulta uno de los problemas más graves de la sociedad afgana. Pese a la miseria y el hambre, los drogadictos prefieren comprar drogas y no comida para sus familias. Según datos oficiales, en tal situación se encuentran un millón de afganos. Al mismo tiempo, casi 100.000 afganos mueren por los narcóticos cada año.

La situación se pone más difícil por el hecho de que la mayoría de los altos funcionarios del Estado se relacionan con el negocio de las drogas y, obviamente, no dan ningún paso para exterminarlo. Por ejemplo, distintos medios estadounidenses califican al hermano del presidente afgano, Wali Karzai, como uno de los 'narcobarones' más influyentes en el país.

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