El presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, el general Martin Dempsey, insistió en la importancia de mantener las tropas en el exterior, y subrayó que para contrarrestar el déficit, tendrán que cumplir las mismas misiones, pero con estructuras más pequeñas y eficientes.
La decisión se produce en medio de la crisis fiscal ue afecta a Estados Unidos, y que provocará recortes por valor de más de 40.000 millones de dólares en los gastos del Departamento de Defensa para el año fiscal 2013, que culmina el 30 de septiembre.
Actualmente, EE.UU. mantiene en Europa unos 70.000 militares, en Corea del Sur más de 28.000 y en Japón 50.000.
El analista internacional Lajos Szaszdi cree que Washington gasta el dinero de manera irresponsable "como si usara una tarjeta de crédito" para sostener a estas fuerzas.
Según el analista, "todo el dinero que recibe el presupuesto de defensa y el presupuesto federal es dinero prestado", y recuerda que la deuda en EE.UU. "supera el dinero que se recibe" mientras aquella sigue creciendo. "Están gastando como si usaran una tarjeta de crédito y, realmente, es una amenaza para la seguridad económica de EE.UU.
Al mismo tiempo Lajos Szaszdi cuestiona los efectos positivos de la presencia de las tropas estadounidenses en algunos países, sobre todo en Afganistán. "No hay que olvidar que Afganistán había acabado, bajo los talibán, con la producción de la heroína por ser considerada antiislámica antes de la invasión 2001; es invadida por EE.UU., entran los aliados de la OTAN, y ahora desde varios años ya, por una década, Afganistán es el número uno del mundo productor de heroína", explica.