Puntualizó, además, que el presidente Barack Obama insiste en que, antes de que EE.UU. tome una decisión sobre la intervención en Siria, debe sacarse "una conclusión definitiva" sobre el uso de armas químicas en el país. Carney comentó que no puede especular sobre los pasos que EE.UU. podría tomar, si es que toma alguno, pero insistió en que Washington guarda el derecho de "actuar unilaterlamente".
Cabe recordar que ayer el jefe del Pentágono, Chuck Hagel, comunicó que los servicios de inteligencia estadounidenses confirman el uso de armas químicas por parte del Gobierno de Bashar al Assad en contra de los rebeldes y que los correspondientes datos fueron presentados ante el Senado. Poco después Londres, a su vez, postuló que también dispone de esta información y reiteró las acusaciones realizadas por Hagel de que las tropas gubernamentales sirias en varias ocasiones habían recurrido al sarín, un gas compuesto de extrema potencia como agente nervioso, declarado ilegal en la Convención sobre Armas Químicas de 1993.
En numerosas ocasiones los servicios de inteligencia de otros países, como Francia, el Reino Unido e Israel, han denunciado el presunto uso de armas químicas por parte del Ejército sirio. El Gobierno de Bashar al Assad, a su vez, acusa a los rebeldes de recurrir a este tipo de armamento y hace referencia al ataque que sacudió la región de la ciudad de Alepo en marzo, por el que demandó a la ONU que investigara el caso.
Mientras tanto, en su comparecencia de hoy ante la prensa, Carney puntualizó que es muy poco probable que los rebeldes hayan podido obtener acceso a las armas químicas y que, en todo caso, es responsabilidad de Bashar al Assad de asegurar estos arsenales. "Basándonos en la información que hemos obtenido, creemos que los arsenales de armas químicas en Siria están controlados todavía por el régimen de Bashar al Assad. Por eso es él quien tiene la responsabilidad de su posesión y es su responsabilidad no usarlas y no transportarlas a los grupos terroristas y asegurar que no sean usadas por nadie más”, insistió Carney.