Los enfrentamientos en el hospital Borda se desencadenaron cuando un grupo de trabajadores del psiquiátrico trató de impedir la demolición de un taller que es considerado patrimonio histórico de la ciudad.
Ante la insistencia de los empleados, las fuerzas de seguridad —unos 300 según la prensa local— respondieron disparando balas de goma, gas pimienta y gases lacrimógenos. Una vez que los uniformados desalojaron a todos los presentes, una empresa constructora procedió al derrumbe del taller donde se construirá un centro cívico gubernamental.
La vicejefa del gobierno porteño, María Eugenia Vidal, admitió que "no había orden de desalojo" para llevar a cabo las obras de demolición, pero que el taller "estaba vacío desde hace seis meses".
"El taller protegido que funcionaba ahí […] fue trasladado hace seis meses, con equipamiento nuevo, a menos de 100 metros de donde estaba para que los trabajadores hagan sus actividades más cómodos en ese lugar", esgrimió Vidal.
El centro es el más famoso de este tipo en el país porque desde hace veinte años sus internos llevan adelante la primera emisora del mundo hecha por enfermos mentales. En el centro se desarrollan, además, otras actividades culturales, gracias a las cuales los pacientes han llegado incluso a exponer sus propios cuadros en galerías de la ciudad.