“Si mantenemos este enfoque de no intervención en Siria […] como si no supiéramos qué es lo que haremos a continuación, tendremos una guerra contra Irán, porque Teherán percibirá nuestra inactividad en Siria como una señal de que no tomamos en serio su programa nuclear", dijo Graham en una reciente aparición en la cadena CBS News. De hecho, Irán es uno de los principales socios de Siria en la región pero también es blanco de acusaciones occidentales que afirman que bajo el pretexto de su proyecto nuclear pacífico, busca diseñar una bomba atómica.
Por otro lado, Graham señaló que los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales en Siria pueden convertir a este en un “país desintegrado para finales del año” y “un paraíso para terroristas”.
La semana pasada, la Casa Blanca denunció el presunto uso de armas químicas en Siria aunque el presidente estadounidense, Barack Obama, puntualizó que "las evaluaciones de inteligencia" sobre este tema aún son insuficientes y que “no explican cuándo ni cómo fueron usadas" las armas.
Sin embargo, los senadores republicanos han aumentado la presión de su partido sobre la Casa Blanca para promover una solución militar del conflicto interno en Siria. “Hay un creciente consenso en el Senado en la creencia de que EE.UU. debería involucrarse”, sostiene Lindsey Graham.
Por su parte, el Gobierno de Bashar al Assad acusa a los rebeldes de recurrir a armamento químico, refiriéndose al ataque en la región de Alepo en marzo pasado. Damasco demandó a la ONU que investigara la muerte de al menos 25 personas, una iniciativa que apoyó también Rusia, que insiste en la no intervención militar en Siria y en alcanzar una solución del conflicto a través del diálogo.