Entre las contrapartidas del programa del rescate de la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) figura la reestructuración de la banca, subidas de impuestos y recortes salariales en el sector público.
A favor de la ratificación del memorándum votaron los 29 diputados partidarios del presidente Nikos Anastasiadis, que obtuvieron la mayoría absoluta. En contra votaron los 27 diputados de la oposición e independientes.
La aprobación se llevó a cabo entre protestas de chipriotas al frente de Parlamento en Nicosia, la capital del país.
Los documentos aprobados por el Gobierno de Chipre evitarían la bancarrota del país pero podrían condenarlo a una larga depresión económica, aumentando el desempleo y el empobrecimiento de la población.