En realidad, esta fama se debía a unas lentillas compradas en Internet, y naipes marcados que brillan en el rango ultravioleta. Según la Policía de Brest, las lentes de contacto permitían ver las imágenes ocultas en los naipes de los rivales. Además, los estafadores lograron hacer buenas migas con la administración del casino.
El esquema era el siguiente: el administrador o el distribuidor introducían los naipes marcados, sus cómplices los distinguían gracias a las lentillas y se sentaban a la mesa con la baraja necesaria. Los dos hombres llevaban gafas de camuflaje para que los otros jugadores no pudieran ver las lentes de contacto especiales. Cada juego les aportaba entre 800 y 2.000 dólares.
Tres personas ya han sido detenidas. Se enfrentan a una pena de 10 años de cárcel y la confiscación de todos sus bienes.