John Bellinger elaboró dicha fundamentación para la Administración de George W. Bush después de los ataques terroristas del 11-S del 2001. Desde que Barack Obama asumió la presidencia en 2009, admite, los ataques mortales mediante drones se incrementaron drásticamente. Por el momento, según los datos de Belinger, las incursiones ascienden a 300 y más de 4.700 personas han muerto como consecuencia directa.
“Esta Administración ha decidido que no quiere practicar detenciones, porque la Administración de Bush tuvo problemas con las detenciones”, expuso el ex consejero de la Casa Blanca en una conferencia en el Centro de Política Bipartidista. “Así que ahora simplemente van a matar a gente”.
A juicio del experto, Obama usa los mismos criterios que Bush usaba para encarcelar a potenciales terroristas cuando decide incluirlos en la lista de objetivos de los drones. Declarando en una reciente rueda de prensa que la cárcel de Guantánamo es cara e ineficiente, el mandatario la comparaba indirectamente con los ataques de los aviones teledirigidos en Pakistán, Afganistán y Yemen como remedio contra los enemigos de EE.UU., cree Bellinger.
Obama retomó el tema de Guantánamo frente a una protesta sin precedentes de los reos de la instalación militar. Casi un centenar de ellos mantiene una huelga de hambre desde el pasado 6 de febrero, manifestándose contra las crueldades a las cuales han estado sometidos durante años. El presidente reiteró que la cárcel "debe cerrarse" y se mostró decidido a avanzar contactos con el Congreso para obtener el visto bueno de los legisladores.