Según registros del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Reino Unido y Bélgica depositaron entre 1950 y 1963 unos 28.500 contenedores con desechos radiactivos en el canal, en la profunda zanja submarina situada al noreste de la isla británica de Alderney.
Los expertos consideraban que los barriles habían terminado oxidándose, que la radiactividad se habría destruido en el mar y que los bidones con residuos habían dejado de ser tóxicos hace ya tiempo. Pero este nuevo informe demuestra lo contrario.
Para la investigación, realizada por la cadena pública de televisión alemana ARD, se envió a un submarino no tripulado dotado con un medidor de radioactividad a las profundidades del canal de La Mancha, donde se encontraron dos barriles con residuos tóxicos a 124 metros de profundidad y pocos kilómetros de la costa francesa.
“Creemos que todavía hay muchos más barriles intactos abajo”, comentó Thomas Reutter, periodista de ARD citado por el portal 'Spiegel Online'.
En respuesta al descubrimiento, miembros del ecologista Partido Verde alemán han pedido a los gobiernos involucrados tomar medidas para retirar los barriles del canal, debido a que representan un gran peligro.
“A tales profundidades estos barriles representan un alto peligro potencial”, dijo Sylvia Kotting-Uhl, miembro de Los Verdes. “No es por casualidad que los depósitos submarinos de residuos fueran prohibidos hace ya más de 20 años”, agregó.