El desastre se desarrolló durante varias horas levantando en el aire grandes trozos de edificios, volcando automóviles y arrancando árboles. Junto con el tornado, también cayó una tormenta de granizo de hasta cinco centímetros de diámetro.
118 personas, la mayoría en Bolonia, resultaron heridas, y 11 de ellas tuvieron que ser hospitalizadas. Además, las autoridades decretaron la evacuación de cientos de vecinos.
Las provincias de Bolonia y Módena, donde decenas de familias han perdido sus hogares, son las más afectadas por el desastre natural.
El tornado también arrasó los campos de cultivo, destruyendo una parte importante de la cosecha.