El teniente coronel Jay Folds, comandante del grupo, indicó en un correo
electrónico interno que sus filas están experimentando un "deterioro" y
que, de hecho, están "en crisis". La carta fue obtenida por la agencia AP y
confirmada por la Fuerza Aérea.
La alerta saltó en marzo tras una inspección en un Ala de Misiles en la Base de la Fuerza Aérea de Minot. En las pruebas el grupo reveló fallos notables y obtuvo una calificación muy baja cuando se examinó su competencia en las operaciones de lanzamiento de misiles. También se registró al menos un caso de violación grave de normas de seguridad en el manejo de proyectiles.
En otros exámenes los oficiales obtuvieron calificaciones mucho mejores, pero la capacidad general del grupo fue considerada tan baja que los funcionarios de alto rango de Minot decidieron tomar medidas inmediatas.
Pese a la falta de capacidad encontrada en algunos oficiales, la Fuerza Aérea calificó públicamente la inspección de "éxito". Tan solo un mes más tarde, en abril, apartó silenciosamente a 17 militares [de ese Ala] de la responsabilidad que supone estar a cargo de los misiles nucleares más poderosos de la Fuerza Aérea estadounidense.
Se trata de los misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus iniciales en inglés), que pueden atacar objetivos en todo el mundo. Dentro de cada cápsula subterránea de control de lanzamiento se encuentran dos oficiales en constante alerta por si el presidente del país da la orden de lanzar uno de ellos.