El acuerdo entre el Vaticano y EE.UU. de cooperación bilateral para luchar contra el lavado de dinero es visto por muchos como un intento de limpiar la imagen del Vaticano, dañado por los recientes escándalos protagonizados por el Banco del Vaticano.
Pero tanto EE.UU. como otros países saben muy bien de las maquinaciones financieras del Vaticano y se han involucrado en ellas, señala Conchetta Dellavernia.
"Desde el año 1975 EE.UU. no puede decir que es ajeno a los movimientos bancarios del Vaticano. No puede decirlo porque estaba allí dentro", comenta la analista.
"El Vaticano tiene sus servicios de información. Lo que no tiene son servicios de inteligencia, tal como se entiende en cualquier otro país", añade. "El Vaticano ha arrendado de alguna manera los servicios secretos de EE.UU. para ciertas operaciones", sostiene la analista.