Los acusados actuaban junto con sus cómplices de más de veinte países. Lanzaban sofisticadas técnicas de intrusión con "operaciones ilimitadas" para penetrar en los sistemas de las instituciones financieras globales y robaban los datos de las tarjetas magnéticas, junto con sus claves de seguridad, y luego los distribuían por todo el mundo y sacaban dinero de numerosos cajeros automáticos.
La primera operación ocurrió el 22 de diciembre de 2012, cuando los ciberdelincuentes lograron sacar unos 5 millones de dólares a través de 4.500 operaciones ilegales de cajeros automáticos en una veintena de países. En esa acción se usaron datos de tarjetas del banco Rakbank, de los Emiratos Árabes Unidos.
La segunda y más amplia operación ocurrió el 20 de febrero pasado, cuando la red criminal obtuvo unos 40 millones de dólares tras falsificar datos de tarjetas de débito prepagadas del Banco de Mascate (Omán) y llevar a cabo unas 36.000 operaciones de cajero automático en 24 países.
El líder de la trama criminal de Nueva York era Alberto Yusi Lajud-Peña, de 23 años, quien fue asesinado el pasado 27 de abril en la República Dominicana.
Los demandados fueron acusados de conspiración para cometer fraude de acceso a dispositivos, conspiración de lavado de dinero y lavado de dinero. Si son declarados culpables, podrían ser condenados a un máximo de 37,5 años de prisión y ser multados con hasta 250.000 dólares.