El Libertador, iniciativa desarrollada por la empresa Defense Distributed, presidida por Cody Wilson, un estudiante de abogacía de 25 años de edad de la Universidad de Texas, es la primera pistola totalmente creada por una impresora 3D. Consiste en 16 piezas impresas en plástico por capas. Dispara balas del calibre 0.380 y cuenta con cañones intercambiables. El único elemento que no se ha fabricado con la impresora es el clavo que utiliza como percutor. La pistola tiene licencia oficial en EE.UU.
El documental de 24 minutos de duración sobre la fabricación de armas usando impresoras 3D, protagonizado por Wilson y subido a YouTube a finales de marzo, ya cuenta con unos 5,8 millones de visitas. Desde que el pasado sábado Defense Distributed probó el arma en un campo de tiro y publicó un video demostrando que la pistola es funcional y tiene capacidad para disparar balas reales, la instrucción de cómo imprimir el Libertador distribuida por la empresa se convirtió en un 'boom' en la red. Entre el lunes y el miércoles se contabilizaron más de 100.000 descargas en todo el mundo, tanto a través del portal de la propia compañía como con el sitio Mega.co.nz, del controvertido Kim Dotcom. Según la empresa, la clasificación la lideran España y EE.UU., seguidos de Brasil, Alemania y el Reino Unido.
Defense Distributed no ha dado detalles sobre el decreto que recibió de la justicia estadounidense, solo se limitó a confirmar que el Departamento de Estado se ha puesto en contacto con ellos. El portal The Pirate Bay, a su vez, ha comunicado que independientemente de las presiones que el Departamento de Estado ejerza sobre la empresa productora, no frenará la distribución de los diseños. "TPB está operando ya casi 10 años sin revocar un solo archivo debido a presiones exteriores. Nunca lo haremos", sostuvo un portavoz del portal. En cuanto al propio manual, puntualizó: "El problema no es el objeto, sino lo que usted hará con él. Es lo mismo que con un cuchillo de cocina".
Cabe destacar que el conflicto con el Libertador se produce en medio de la campaña del Partido Demócrata por el endurecimiento del control sobre la venta y distribución de armas de fuego lanzada después de la masacre en Connecticut que se cobró la vida de 20 niños.