"Los actos de José Efraín Ríos Montt encuadran en los señalamientos de genocidio. Debe imponerse la pena correspondiente", anunció la juez Jazmín Barrios al leer el veredicto, especificando que fue condenado a 50 años por genocidio y a otros 30 años por otros crímenes de lesa humanidad.
Ríos Montt, de 86 años, fue señalado como el responsable de la muerte de indígenas en un plan de contrainsurgencia ordenado en su mandato. Según precisaron los fiscales, Ríos Montt hizo la vista gorda cuando los soldados cometieron violaciones y torturas, y arrasaron casas y aldeas en acciones contra los rebeldes de izquierda.
Durante el juicio, el ex dictador, que se ha convertido en el primer líder latinoamericano condenado por genocidio, negó su implicación en los hechos: "Me declaro inocente, nunca he tenido la intención, el propósito de destruir a ninguna etnia nacional. No soy genocida", dijo. Francisco Palomo, abogado de Ríos Montt, dijo que va a apelar la condena "inmediatamente".
El analista del Centro de Estudios de Guatemala Sandino Asturias comenta a RT que considera que "esta sentencia tiene un símbolo para América Latina y el mundo", donde el mensaje principal es que "la impunidad ya no puede ser la práctica de gobiernos y acciones que tuvieron un gran peso en la historia de la humanidad". Pero al mismo tiempo, destaca que lo más probable es que los grupos militares vayan a intentar varios recursos para evitar que este sentencia sea firme.
En el juicio histórico contra Ríos Montt testificaron cerca de 100 personas. Los testigos narraron historias de horror de sangrientos asesinatos en masa contra hombres, mujeres y niños por parte de soldados, sobre todo a comienzos de la década de los ochenta.