Según el diplomático, el protocolo debe contener todas las cuestiones que hagan sospechar al Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) que la base militar de Parchin está siendo usada para desarrollar un programa nuclear secreto.
En declaraciones a los medios rusos, aseguró que, si no encuentran nada sospechoso, el archivo nuclear de Irán debería retirarse del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Nosotros mostramos flexibilidad. Ofrecimos firmar un protocolo y exponer en detalle todas las acusaciones. Sin embargo, los expertos internacionales pretenden visitar dicha instalación antes de firmar el protocolo", dijo el embajador.
"No vimos honestidad en el comportamiento de la OIEA ni en el de su director, Yukiya Amano", afirmó Sajjadi.
Además de Parchin, la agencia nuclear de la ONU también sospecha que se han llevado a cabo experimentos clandestinos con posibles fines militares en la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow.
Respecto a este último asunto, Sajjadi señaló que Teherán no estaba obligado a cerrar dicha instalación, ni tampoco a detener el enriquecimiento de uranio.
"¿Han leído ustedes el Tratado de No Proliferación Nuclear?", contestó el jefe de la embajada iraní a la agencia rusa Interfax cuando le preguntaron si Irán iba a satisfacer las peticiones de frenar su programa nuclear.
"¿Está escrito allí en alguna parte que no tenemos derecho a enriquecer uranio hasta el 20%?", continuó.
Israel, EE.UU. y sus aliados sospechan que Irán está utilizando el programa como cobertura para fabricar armas nucleares en secreto. Teherán, por su parte, niega estas acusaciones argumentando que necesita el programa nuclear para fines pacíficos de generación de energía eléctrica e investigación médica.