Los ataques son el último episodio de una escalada de violencia que sacude el país debido a las crecientes tensiones entre las comunidades chiita y sunita. Diez policías murieron ayer en la parte noroccidental de Irak en un asalto perpetrado por un grupo de militantes suníes, según las autoridades locales. El viernes tres estallidos de coches bomba en las áreas suníes dentro de Bagdad y en sus alrededores se cobraron la vida de un total de 60 personas.