Las cadenas de un padre facilitaron la liberación de su hijo sargento

Uno de los rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el sargento Pablo Emilio Moncayo, fue liberado con intermediación de un grupo humanitario y de militares brasileños tras haber pasado 12 años cautivo. Durante los últimos tres años se hizo conocido, incluso fuera del pa

Uno de los rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el sargento Pablo Emilio Moncayo, fue liberado con intermediación de un grupo humanitario y de militares brasileños tras haber pasado 12 años cautivo. Durante los últimos tres años se hizo conocido, incluso fuera del país, gracias a la actividad frenética de su padre que cargaba cadenas al cuello y en sus manos para atraer la atención al problema de la liberación de su hijo.

Los paramilitares se habían comprometido a liberarle de forma unilateral, siempre a cambio de la liberación de rebeldes encarcelados. La fecha de su libramiento fue conocida de antemano, lo que permitió a los militares brasileños enviar un helicóptero para recogerle.

Moncayo cayó en poder de las FARC tras una incursión rebelde a un puesto de comunicaciones del ejército en el Cerro Patascoy (departamento de Nariño) al suroeste de Bogotá. El 21 de diciembre de 1997 más de un centenar de guerrilleros atacaron la base que custodiaba, entre otros, el sargento. En el ataque murieron al menos diez militares y una veintena de secuestrados por los guerrilleros. En 2001 dejaron libres a la mayoría de los secuestrados, reteniendo sólo a Moncayo y a otro suboficial, José Libio Martínez, actualmente de 33 años.

La misión humanitaria que actuó de mediadora ante la guerrilla para liberar al sargento estaba integrada por una senadora de la oposición, Piedad Córdoba, dos integrantes del Comité Internacional de la Cruz Roja y uno de la Iglesia católica. Les ayudaban varios militares brasileños que facilitaron dos helicópteros, uno para el rehén y otro para el grupo negociador.

Además, los guerrilleros le dieron a Córdoba las coordenadas del lugar donde fue enterrado el cuerpo del mayor de la policía colombiana Julián Guevara, muerto en cautiverio en 2006. El pasado domingo el mismo grupo de las FARC liberó a otro soldado, Josué Daniel Calvo, capturado en 2009.

Con motivo de la actitud positiva de las FARC, se iniciarán preparativos para buscar un acuerdo humanitario entre el Gobierno colombiano y los paramilitares. Simultáneamente, el hijo de doce años del ya mencionado Martínez, que nunca vio a su padre por haber estado en el vientre de su madre al momento de la captura de todo el grupo en 1997, llamó al grupo a que no suspendan las liberaciones y pueda por fin conocer a su padre.