Evo Morales, que se encuentra de visita en Atlanta (EE.UU.), denunció que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) no solo no proporcionaba beneficios a la población de su país, sino que "eliminaba a las organizaciones campesinas, indígenas y originarias".
El líder boliviano lamentó que del total de la supuesta cooperación de esa organización (que trabaja en Bolivia desde 1964 con programas en áreas
de salud y manejo sostenible de recursos naturales, entre otras cosas) sólo entre el 10% y 15% era utilizada en inversiones y el resto era destinado para instrumentos de inteligencia y control social.
Por su parte, el canciller David Choquehuanca aseguró que Bolivia quiere que la salida de la agencia del país sea “ordenada” y se realice “en un tiempo razonable”.
Bolivia es el segundo país en expulsar de su territorio a la USAID, después de la Federación de Rusia, que hizo lo propio a finales de 2012 por supuesta influencia en la distribución de becas para procesos políticos. En este país la agencia invirtió unos 2.700 millones de dólares en las últimas dos décadas.
La salida de la agencia fue anunciada por Morales el pasado 1 de mayo durante su discurso por el Día del Trabajo y no es la primera vez que toma una decisión de ese tipo. En 2008 expulsó al entonces embajador de Washington en La Paz, Philip Goldberg, a quien acusó de conspirar contra su gobierno.